Visitamos la almazara
Del campo nos trasladamos a la almazara, porque las olivas recogidas inmediatamente después, se trasladan allí para llevar a cabo su selección y ser procesadas y así evitar que se oxiden. Antiguamente, se acumulaban al aire libre hasta que se comenzaba el proceso de producción; por lo que las condiciones en las que las olivas llegan hoy a la prensa son mucho mejores en calidad y salubridad que antes.
Allí nos enseñaron el proceso de producción que comienza con la separación de las ramitas y las hojas de la propia aceituna, y continúa con la molturación de las mismas; este proceso es a través del cual se obtiene una pasta que es introducida en una centrifugadora para separar la parte sólida que representa un 10%, de la líquida, el 90% restante: 70% agua vegetal y 20% de verdadero aceite.
Este es el momento en el que desengañamos a nuestros invitados, que han oído hablar del “prensado en frío” como garantía de calidad. Pues no, las olivas no se prensan desde hace décadas. Antiguamente las aceitunas se colocaban entre los círculos de los capazos hasta hacer una columna en el eje de la prensa, y al accionarla el aceite escurría hasta un depósito. Hoy por hoy, el aceite se extrae en grandes centrifugadoras de acero inoxidable alimentario, con un estricto control de temperatura constante que no supera los 20 grados. Una segunda centrifugadora separa ambos líquidos, y a través de los conductos lleva el aceite hasta unas cisternas.
Llega la fase de decante, que dura en torno a una o dos semanas, y de ahí a la envasadora. ¿Siguiente parada? Probar el fruto de toda esta labor.
Y tú, ¿quieres vivir esta experiencia con tus propios sentidos? Descubre cómo.
¿Te perdiste nuestra visita al olivar? Aquí contamos lo ocurrido en el primer día de la Experiencia AOVE.